¿Será nuestra cabeza esa cabeza que da vueltas y vueltas, esa mente desenfrenada que se llena de pensamientos nocivos? Cuántos recuerdos e imágenes que sólo producen inquietud y melancolía.
Muchas veces nos sentimos mal y nos hemos enfermado por dentro, por no ponerle un freno a nuestra mente y a nuestra loca imaginación. Lo peor es que cometemos algunos errores porque nos dejamos llevar por nuestras suposiciones, nuestros prejuicios, nuestras ideas fijas; así algunos problemas que eran simples se nos hicieron demasiado grandes, hasta llegar en muchos casos con un costo de sufrimiento de varios años.
La vida que nuestros abuelos y padres emigrantes nos regalaron nos ha dado muchas cosas bellas, pero en lugar de disfrutarlas y agradecerlas con ternura, nos dejamos llevar por pensamientos tontos que nos tuvieron demasiado ocupados y no pudimos vivir en paz.
Los animales no sufren como nosotros porque están libres de tantos pensamientos inútiles. Eso no significa que nuestra mente no tenga valor, pero hay que aprender a utilizarla para resolver nuestras dificultades, no para que nos domine y nos inquiete con pensamientos que nos hacen mal. Para eso hay que dar una sonrisa sincera, para poder provocar otra sonrisa que no cuesta nada y produce mucho, enriquece a quien la recibe sin empobrecer a quienes la dan, ayudando a aplacar los pensamientos y las imágenes interiores que nos perturban; esa simple sonrisa no dura más que un instante, pero su recuerdo a veces es eterno y nos puede ayudar a liberarnos de ese remolino mental que nos quita la serenidad del corazón.
Nadie es demasiado rico para prescindir de una sonrisa; nadie es demasiado pobre para no merecerla. Pídele insistentemente una sonrisa a tu mente, da felicidad en el hogar y apoyo en el trabajo; es el símbolo de la amistad; da reposo al cansado y anima a los más deprimidos.
La sonrisa espontánea es la demostración de cariño y como en el amor no se puede comprar ni vender, tampoco prestar ni robar, pues es una cosa que no tiene valor hasta el momento en que se da.
Si alguna vez tropezás con alguien que no pueda dar una sonrisa empecemos de nuevo. Se generoso y da la tuya porque nadie tiene más necesidad de una sonrisa como el que no puede darsela a los demás. Feliz cumpleaños a mi amada sonrisa.